El telón de acero es una metáfora utilizada para referirse a la separación durante la Guerra Fría entre el bloque comunista y el capitalista. Se trataba de una barrera ideológica, que también separaba la política y economía de ambos bandos.
Por una parte, el bloque comunista se centró en una economía planificada, donde el Estado tenía bastante poder y básicamente la controlaba, mientras que en el bloque occidental adoptaron un sistema capitalista caracterizado por la economía de mercado.
Las diferencias ideológicas entre los bloques es lo que caracterizó la Guerra Fría. Aunque esta terminó tras la caída del muro de Berlín en 1989 y con la caída de la URSS, en la economía actual todavía se pueden apreciar las consecuencias de este telón de acero que separó a Europa durante la segunda la mitad del siglo XX.
La economía comunista, centrada en la planificación por parte del Estado, ha dejado huella en gran parte de los países que se encontraban en este bloque. La transformación hacia la economía de mercado ha sido lenta en algunos países, dejándolos atrasados respecto del resto, que ya contaban con este sistema. Además, el bloque comunista no dedicó mucho dinero a la industrialización y algunos de estos países no han sido capaces de ponerse al día y siguen buscando una solución para librarse de las tecnologías obsoletas que de poco sirven en el mundo actual.
En sí, debido al mundo globalizado en el que vivimos, el fin de la Guerra Fría afectó, en mayor o menor medida, a todas las partes del mundo. Debido a la incorporación de las economías comunistas al mercado, aparecieron nuevos países que podían suministrar recursos y en los que se podría invertir, por lo que trastocó la economía mundial en ese sentido. La economía mundial estaba globalizada, por lo que la incorporación de estos países tuvo más relevancia de la que hubiese tenido en otra época pasada. Al final, eran nuevos elementos en el mercado, que aumentaban la competencia y que suponían nuevas fuentes de interés para los inversionistas.
Al final, la relación entre el anterior bloque comunista y los esfuerzos de los países bajo estos para adaptarse al desarrollo mundial se ve reflejado en la economía actual. La desigualdad entre los diferentes países seguramente continúe en los próximos años. Los países anteriormente comunistas tienen que vivir con el legado que esto les dejó, pero la victoria del bloque occidental en la Guerra Fría les ha dado la oportunidad de acceder a la innovación. La Guerra Fría supuso una lucha ideológica, pero fue, sobre todo, una lucha económica en las que las dos mitades del mundo peleaban por demostrar cual era el mejor modelo que permanecería en el tiempo y que ayudaría al desarrollo de los países.
En conclusión, la Guerra Fría dividió en mundo en dos mitades que, aunque hoy en día no están separadas tan rigidamente como entonces, no han vuelto a "unirse" totalmente. En la actualidad, no vemos una línea divisoria entre los países con diferentes ideologías porque, para bien o para mal, fue el capitalismo quien ganó la guerra, pero la economía nos muestra la separación que sigue existiendo en la actualidad, quizás ya todos estén bajo una economía de mercado, pero no todos son iguales en cuanto a condiciones.
El telón de acero causó brechas en las diferentes economías de Europa que tardarán años en desaparecer, pero gracias a la desaparición del mismo existe la posibilidad de un mundo totalmente globalizado y, con el paso del tiempo, desarrollado tecnológica y económicamente.
La separación nunca es algo bueno!
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